Adriana nunca renunció a sus sueños, por eso lo logró, Lástima que sus padres ya no vivían para sentirse orgullosos de su hija.
Buena historia.
Adriana nunca renunció a sus sueños, por eso lo logró, Lástima que sus padres ya no vivían para sentirse orgullosos de su hija.
Buena historia.